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[ Volver ]El 'Sabadell Sound' renace en formato megamix cuatro décadas después de su eclosión
05/08/2024 - Xavier Rosell / NoticiasClave.net
Pocos fenómenos musicales han sido tan peculiares y espontáneos como el 'Sabadell Sound'.
El término, acuñado por la prensa local en 1986, surgió cuando, un año antes, habían empezado a brotar en la capital vallesana diversos grupos y solistas que, inspirándose sin disimulo en el italo-dance imperante en las pistas de baile de aquel entonces, se colaron en las listas de éxito nacionales e internacionales con sus pegadizos maxisingles.
De no ser por unas letras coronadas —a veces— por un macarrónico inglés, y por el tosco estilismo que se apreciaba en algunas portadas —new romantic en versión de extrarradio—, estas producciones hubieran pasado por foráneas, que a fin de cuentas es de lo que se trataba, para solaz de las nacientes discográficas Max Music y Blanco y Negro, a la postre editoras y patrocinadoras —con evidente interés comercial— de un fenómeno, el 'Sabadell Sound', que les permitiría desarrollar un surtido catálogo de productos propios en detrimento del mercado de importación. ¿Para qué ir a buscar fuera lo que te hacían en casa?
David Lyme, el pionero
Corría el año 1984. Eran los tiempos gloriosos del italo—dance. Un chaval de Sabadell de solo 19 años, Jordi Cubino, tenía en su casa una guitarra y un rudimentario equipo de grabación. Se puso a componer —hoy es uno de los productores musicales más importantes de España— y le salió un tema, 'Let´s go to Sitges', que sería el origen del 'Sabadell Sound' en particular, y del espagueti patrio en general. Maqueta en mano, se presentó en las oficinas de 'Max Music'. Fue recibido por los responsables de esta discográfica barcelonesa, Ricard Campoy y Miguel Degá —una reciente serie televisiva, 'Brutal Megamix', en la que interviene el propio Cubino, describe las mafiosas praxis allí practicadas— y les encantó la producción. De hecho, esperaban que algún día llegara alguien con una propuesta semejante. Querían crecer y les iba bien. Solo había que poner al artista un nombre que sonara a internacional. Así, Jordi Cubino pasó a llamarse David Lyme. En pocos meses 'Let´s go to Sitges' salía al mercado en formato maxisingle. Era el verano de 1985 y no había discoteca que no pinchara este tema, y no solo en Sitges, ya que los responsables de 'Max Music', los muy cucos, instaron a David Lyme a grabar dos nuevos estribillos, que dieron lugar a 'Let´s go to Lloret' y 'Let´s go to Canarias', con el fin de engordar las ventas en la geografía española. El filón estaba servido, y había que seguir explotándolo. También al artista. Dado que los maxis tenían temprana fecha de caducidad, Cubino tuvo que sacar en pocos meses un nuevo tema, 'Bambina', que aún funcionó mejor, y poco tiempo después otro maxisingle, 'Play Boy', cuya chocarrera portada —el cantante hacía el intento de amancebar a una señorita sobre una mesa de billar— evocaba aquel anuncio de 'Brummel' que rezaba: En las distancias cortas una colonia de hombre se la juega. David Lyme llegó a vender discos hasta en Japón —incluso realizó una gira por el país nipón—, pero sin saberlo, y seguramente sin pretenderlo, estaba marcando a otros artistas y grupos de su ciudad el camino a seguir. Brotaron como setas. En 1987 ya había media docena, todos con unos patrones rítmicos reconocibles. Había nacido el 'Sabadell Sound'.
'I want an illusion'
Tenían una ilusión y la hicieron realidad. Los hermanos Francisco y José Quijada, junto a Cristina Manzano —igual que Cubino, todos en edad adolescente—, eran clientes de la discoteca Albatros, el gran templo de la música espagueti de Sabadell. Hasta allí se desplazaban desde su barrio en autobús y en los mismos asientos del coche de línea parieron la maqueta del tema que les llevó a la fama: 'I want an illusion'. Dado que el emergente David Lyme había fichado por 'Max Music', presentaron su tema a Blanco y Negro. A la discográfica de la competencia le fue de perlas la llegada de este trío —al que bautizaron con el deportivo nombre de Squash Gang—, pues también querían abrir catálogo propio. La presentación del maxi—single, a mediados de 1986, tuvo lugar, cómo no, en la sala Albatros, con todo el glamour periférico que merecía la ocasión. Habían pasado de clientes a ídolos. Al año siguiente su tema lideró listas de éxito en Hong—Kong, y dio pie a un segundo maxi, 'Moving your hips'. El dueño de 'Blanco y Negro', Félix B. Mangione, se frotaba las manos, y se puso a estirar el hilo del 'Sabadell Sound'. Contactaron con otro grupo de la ciudad, Daydream, de formato parecido a Squash Gang —este caso dos hermanas, Irene y Mónica César, y Pedro Morales—, que tenían en cartera un tema tan pegadizo y fácil como su título, 'In the night'. Fue lanzado en 1987 y, asimismo, bailado hasta la saciedad. En pocos meses sacaron dos nuevos maxisingles, 'Crazy' y 'Baby baby'. Aquello era un no parar. Pero la furibunda competencia, Max Music, ya había iniciado el contraataque fijándose en otro artista de Sabadell, Octavio Muñoz, al que pusieron como nombre artístico Steve Clark. Al igual que sus paisanos, Octavio componía sus temas —el 'Sabadell Sound' siempre fue de cosecha propia, de ahí su personalidad—, y lanzó con Max Music dos temas, 'No more love', con todos los patrones del italodisco, y otros más rompedor, 'Mambo', donde una tímida fusión latina sazonaba el 'espagueti' imperante.
La Liverpool catalana
Si un día a Sabadell la calificaron como la Manchester catalana por el textil, ahora, por obra y gracia de este suceso musical, había motivos para llamarle la Liverpool catalana. De hecho, el fenómeno impregnó a localidades colindantes como Sant Quirze del Vallès, donde vivía Norman, un chico de origen alemán que lanzó el bombazo playero 'Let's go to the beach', con otra discográfica catalana, Key Records. A su vez en Castellar del Vallès, también en 1987, aparecía Green Ice, grupo liderado por Joaquim Quer que el afamado DJ y productor Raúl Orellana se llevó para 'Blanco y Negro' con el fin de lanzar el tema que les catapultó al éxito, 'Gígolo'. Incluso en Terrassa se quisieron subir al carro del 'Sabadell Sound' con un simpático cantante de origen indio, Lenroy, que curiosamente creó un tema con un título parecido al anterior, 'Ciao, ciao, gígolo', editado por una nueva discográfica radicada en Molins de Rei, Don Disco. Esta misma compañía, también en 1987 —año en que se contabilizaron hasta una veintena de discos atribuidos al 'Sabadell Sound'— editó 'Living in your eyes', el primer maxi de Closed, grupo liderado por el sabadellense Gabriel Tintó, y que fue otro llenapistas con pedigrí vallesano. Con la llegada del acid-house en 1988, el italo-disco fue pasando de moda, y el fenómeno del 'Sabadell Sound' se fue apagando, y los grupos acabaron disolviéndose. Sin embargo, el talento de la mayoría de sus integrantes ha perdurado, y buena parte de ellos son cantantes o músicos de estudio, o bien productores de éxito, como es el caso de Jordi Cubino y Octavio Muñoz. Incluso algunos grupos como Closed, o Cristina Manzano de Squash Gang, siguen haciendo bolos en fiestas remember y lanzando nuevos temas, que se pinchan en programas especializados en italo-disco como el veterano 'Star 80', que todos los sábados presenta Julio Delgado en la emisora Can 10 FM, o a un nivel más internacional Radio Stad Den Haag.
El resurgir
Cuatro décadas después, el 'Sabadell Sound' ha sido desempolvado. Un renacimiento que no atañe, en principio, a producciones de nuevo cuño, sino a la voluntad de rendir tributo a aquel fenómeno, que no fue ni mucho menos baladí. De ahí que la discográfica barcelonesa Blanco y Negro, que ha sobrevivido a modas y avatares musicales, y la compañía holandesa I Venti Records —de reminiscencias italianas— se hayan aliado para reeditar las canciones que dieron solera y esplendor a este fenómeno ochentero. En dos compactos recopilatorios se encuentran la mayoría de temas antes mencionados, aunque para rellenar los CD se han incluido algunas canciones de otros grupos que, si bien coincidieron cronológicamente con el 'Sabadell Sound' y puedan asemejarse estilísticamente, no se adscriben al ámbito geográfico, como es el caso de Vicio Latino, Charly Danone o Jules Tropicana. La joya de la corona de esta colección es un tercer álbum, 'Sabadell Sound megamixes', producido por Eddy Mi Ami (Iventi d'Azurro) y Sergi Elías (Blanco y Negro), que ha salido a la venta en formato vinilo y también CD. De las mezclas se han encargado DJ Funny (Alberto Costa) y Mixing Boys (Javi Vílchez y Carlos Pérez). El resultado es un nostálgico homenaje a una época en que la música de Sabadell, al igual que que el equipo arlequinado, militaba en Primera División.
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