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Una noche en Tarantos con la letrada cantante Carmen Valenzuela

10/11/2022 - Jordi Rueda/NoticiasClave.net

Una noche en Tarantos con la letrada cantante Carmen Valenzuela Carmen Valenzuela en Tarantos. En el 'slider' de cabecera, con el productor y músico Adrián Ghiardo. Fotos: © Jordi Rueda/Noticias Clave.

Para adueñarse de un escenario como el del señero tablao Tarantos, en la plaza Reial de Barcelona, hace falta, además de cantar y bailar muy bien, una personalidad artística como la que transmite con toda naturalidad Carmen Valenzuela.

Apodada la letrada de la cumbia, debido a que su primera profesión es la de abogada (diputada responsable del Turno de Oficio y Asistencia al Detenido del Colegio de Abogados de Barcelona), cuenta con dos discos editados, el más reciente de ellos ‘Desde mi balcón’, que ha gozado ya de amplia difusión en Radio Teletaxi, la emisora de Justo Molinero.

Su repertorio, diverso y amplio, y su directo, diríase que, si bien es de factura muy actual y cuenta con notables canciones originales, tiene cierto parentesco con los que salpicaban las noches de las salas de fiestas de la ciudad antes de que se convirtieran mayoritariamente en discotecas. Hay un tipo de canción popular que, quién lo hubiera dicho, ha sido salvado, mal que bien, por los karaokes.

Canciones que alegran y enardecen

Con Carmen, respaldada por su pianista y productor Adrián Ghiardo, el público disfruta y vibra con un espectáculo de variadas canciones de las que suelen gustar a todo el mundo. No solo gustan: divierten, emocionan y entusiasman. Algunas son propias, como ‘Afuera, la primavera’ y ‘El pla de viure’ (escritas por Luis Troquel, también periodista musical y experto en canción, coautor de 'Bagdag', de Rosalía), y otras son éxitos imperecederos de Rocío Dúrcal ('La gata', de Rafael Pérez Botija); Bambino, ('La pared', de Roberto Angleró); Rocío Jurado ('Ese hombre', de Manuel Alejandro), o de la tejana Selena Quintanilla, además de reconocibles rancheras, cumbias y piezas de otros géneros populares como el bolero, la rumba o, incluso, la copla y el cuplé.

La artista derrocha afinación y simpatía y canta sin parar de bailar con brío y elegancia. Y los espectadores se lo agradecen con encendidos aplausos que la obligan a brindar (con el corazón, como dice una de sus canciones) un bis tras otro. 

 

 
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