Opinión

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Editorial CLAVE: El directo se mueve

05/08/2008 - CLAVE Profesional / NoticiasClave.com

Editorial CLAVE: El directo se mueve

El cambio de modelos comerciales del sector de la música está llegando también al directo. En el mercado español, la reducción de presupuestos de festejos y de cultura y la demora en los pagos por parte de los municipios han provocado el estancamiento de las agendas de fechas y de la liquidez. El fenómeno de los festivales, mientras tanto, ha dado un mayor número de acontecimientos, aunque la cantidad de público asistente, pese a crecer, no alcanza a permitir la rentabilidad de todas las propuestas.

Algunos sustos se han llevado los organizadores en un mercado, el español, en que contratar artistas sigue siendo caro. Sustos y, también, dolores de bolsillo, para ser más expresivos.

Mientras, la pugna entre promotoras, algunas de ellas de reciente aparición, propicia que los cachets de los artistas internacionales sean más altos en España que en otros mercados de Europa.

Los intermediarios clásicos, los agentes, van viendo reducido su papel y sus posibilidades de trabajo, no sólo por sus propios competidores, sino porque su función está perdiendo una parte del sentido que tenía originalmente, que consistía en facilitar las cosas al comprador y al artista, sentido que, a menudo, ha sido desplazado por el afán de vender sin más, sin dar servicio a las partes.

En el mundo, mientras las grandes multinacionales del disco intentan ocupar nuevos nichos de negocio, entre ellos el del directo, se apunta la tendencia de crear grandes empresas que puedan gestionar las carreras de los artistas a partir de sus ingresos principales, que son precisamente los que generan sus directos, como siempre ha sido para la inmensa mayoría de profesionales de la música.

La industria del disco, poco original a menudo, se miró en la del cine alguna vez y pudiendo haber tomado la delantera en ocasiones, no lo hizo casi nunca. Ahora las empresas tipo Live Nation pueden empezar a darles lecciones de cómo se gestionan las carreras artísticas de forma rentable.

Esas empresas tienen la obligación de ser más respetuosas de lo que lo han sido las majors del disco con sus productos, es decir, con los artistas. Y estos serán quienes lleven el control de sus carreras con la ayuda de los nuevos mánagers, que tendrán una visión diferente de la que hasta ahora les servía. Trabajarán como o con abogados y no sólo como o con vendedores.

En el trabajo profesional del artista hay muchas necesidades mal cubiertas y empresas e intermediarios que no contribuyan a resolver esas situaciones deberán reciclarse o marcharse del negocio.

Las multinacionales que quieren obtener un porcentaje de los directos sin hacer nada más que lanzar los discos con la necesaria promoción de los intérpretes, o los agentes de zona que no exigen contratos ni se ocupan de que las producciones sean las adecuadas o de que todos los músicos coticen a la Seguridad Social, por ejemplo, deben replantearse su manera de trabajar.

El sector, en tiempos en que la demanda crece, pero por debajo de la oferta, no puede tener muchas rémoras.

Editorial de la revista CLAVE Profesional. Septiembre 2008.

 
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