Opinión

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Del iPod al móvil

02/11/2006 - Revista CLAVE

Cuando se han cumplido 5 años del lanzamiento del iPod, el revolucionario reproductor de MP3, estamos a las puertas de otro gran impulso a la industria de la música grabada.

Un impulso que llegará a través de los fabricantes de móviles, quienes ven en la música no sólo un aliciente para vender más teléfonos, sino una línea de negocio en sí misma.

El mundo cuenta, desde junio, con 2.000 millones de teléfonos móviles. Y los fabricantes principales tienen unas previsiones de ventas para 2006 de mil millones de aparatos, aunque esperan una reducción del ritmo en los mercados estadounidense, europeo y japonés y sus beneficios, este año, han disminuido.

¿Cuál es la estrategia de Nokia, Sony Ericsson, Motorola o Samsung para seguir creciendo? Vender música. No sólo los reproductores, también las descargas. Hay que abrazar otras fuentes de ingresos.

Su visión del futuro descuenta el desarrollo de los mercados latinoamericanos y asiáticos y cree firmemente que muchos consumidores preferirán escuchar música en un móvil a llevar otro dispositivo encima.

El éxito del iPod, que salió en octubre de 2001 a un mercado ya incipiente de reproductores MP3 y ha vendido 67 millones de unidades de sus distintos modelos, no es comparable a los rendimientos de las ventas de móviles.

Pero es un modelo. Seguir algunas de las pautas de Apple, como la de aliar el iPod con el servicio de descargas iTunes, permitirá a Nokia o a Sony Ericsson vender aparatos a la vez que entrar en el negocio de la descarga de música.

A diferencia de las compañías telefónicas, cuyas ventas de líneas ADSL a particulares tomaron mucho impulso gracias a que la banda ancha permite la descarga de canciones y películas, con los móviles no resultará tan fácil bajarse archivos sin respetar los derechos de sus propietarios, por ello es previsible que a éstos les lleguen ingresos económicos que les permitan activar la producción. Compañías, músicos, técnicos de grabación o autores pueden recuperar parte del trabajo perdido.

Apple, por su parte, se enfrenta a que su iTunes sufra una progresiva caída desde su hegemonía en la distribución digital de música.

Que ahora exista, técnicamente, la posibilidad de que los iPods reciban canciones de tiendas que no sean iTunes es un golpe a la empresa, golpe que se suma a los embates de la competencia. Las grandes discográficas verán con gusto una disminución del poder de Apple porque mejora su posición para negociar los precios de las canciones. Pero es esta firma californiana la que verdaderamente ha abierto un camino digital en la venta de música.

Cuando la industria del disco se normalice deberá pensar en hacer un homenaje a Jonathan Ive, el diseñador del iPod, y a Steve Jobs, el presidente de Apple.

Su creación ha marcado el camino del futuro.

 
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